La economía conductual como disciplina surge de la sinergia entre economía y psicología y su objetivo es explicarnos los mecanismos y comportamientos que subyacen a la hora de tomar decisiones financieras y económicas.
A mi modo de ver, la "Economía Conductual" afirma que los seres humanos no somos el "ser economicus" que toma decisiones racionales, sino que muchas decisiones no son tan racionales y cometemos errores y sesgos que distorsionan nuestras decisiones económicas. Para los economistas el ser humano es "calculador" y "racional" y como los errores de juicio que se cometen son debidos al azar serían por tanto impredecibles. La "Economía conductual" sin embargo considera que los errores que cometemos son consecuencia de unos sesgos cuyos efectos son totalmente predecibles.
La economía conductual se nutre del campo de la psicología y le permite aplicar estudios de las emociones humanas y su influencia en la economía. La toma de decisiones de lo consumidores es de vital importancia en la consideración de una marca y su relación con el mercado y las relaciones con el consumidor.
La crisis financiera-económica de 2008 ha constatado y puesto en evidencia que los fundamentos de la economía tradicional son totalmente inconsistentes con la realidad que pretenden representar y las metáforas de "mano invisible" que autoregula mercados financieros e instituciones es una falta de veracidad, a mi modo de ver totalmente reducionista cuyos mecanismos incapaces de establecer predictores anticipatorios basados en modelos construidos sobre asunciones erróneas han explotado y se han llevado por los aires el monopolio basado en modelos matemáticos que la otorgan un rigor científico aparente.
La economía conductual en vez de asumir que las personas son racionales y desde ésta racionalidad inferir los comportamientos, no da por hecho que las personas se comporten de una manera determinada, sino que parte de un enfoque experimental en el que la premisa esencial consiste en analizar cómo se comportan las personas en situaciones diferentes, en entornos distintos y bajo diferentes influencias y después a la vista de los resultados se infieren sus implicaciones.
Los hallazgos experimentales más elegantes los encontramos en las investigaciones de Daniel Kahneman, el primer no economista galardonado con el premio Nobel de economía en 2002 y muestran que los seres humanos estamos motivados por prejuicios cognitivos inconscientes en la toma de decisiones económicas y financieras. Comprender en profundidad cómo pequeños cambios en los detalles de una oferta puede influir sobre cómo reaccionamos los seres humanos es vital para generar valor y además tiene un coste muy bajo. Este catedrático de psicología de la Universidad de Princeton sintetiza en su obra "Pensar rápido, pensar despacio" sus investigaciones sobre la forma de pensar de los seres humanos. Kahneman sostiene que tenemos dos vías de pensamiento a las que denomina Sistema 1 y Sistema 2. El sistema 1 es rápido, intuitivo y emocional y proporciona conclusiones de forma automática. El Sistema 2 es lento, más esforzado y racional que nos proporciona respuestas conscientes. La mayoría de las ocasiones no reflexionamos sobre cuál de los dos ha tomado las riendas de nuestra conducta.
La economía conductual trata de demostrar que las finanzas no son tan predecibles como parecen ya que han demostrado que nuestros juicios están cognitiva, emocional y socialmente condicionados. La mayoría de las veces sin que nos demos cuenta el comportamiento humano escapa de los presupuestos del mercado.
En mi experiencia profesional como psicólogo en el área económico-financiera he podido comprobar que la economía conductual constituye una nueva y mejor manera de comprender el comportamiento real de los seres humanos. Sus aportaciones son de gran ayuda en todas las áreas de negocio, marketing, recursos humanos, ventas etc.,
Los programas de educación económica y financiera en las escuelas, y la divulgación de programas de formación y desarrollo basados en las aportaciones de la economía conductual ofrecen enseñanzas prácticas y reveladoras sobre cómo se adoptan decisiones en la vida profesional o personal y cómo además el uso de diferentes técnicas nos pueden proteger de fallos mentales que nos causan problemas a la hora de formular nuestros juicios o decisiones económicas.
En vez de focalizar la atención en la prima de riesgo conviene conocer los atajos mentales de nuestro cerebro.
"Cuando la gente cambia de opinión, "no recuerda" cómo pensaba antes"
"En las democracias, la gente se ve obligada a pensar a corto plazo"
"La gente vota sobre cosas de las que no tiene ni idea".
En vez de focalizar la atención en la prima de riesgo conviene conocer los atajos mentales de nuestro cerebro.
Daniel Kahneman durante su ingreso en la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras |
"Confiamos mucho en juicios que formamos con muy poca información"
"En las democracias, la gente se ve obligada a pensar a corto plazo"
"La gente vota sobre cosas de las que no tiene ni idea".
Bibliografia recomendada: Pensar rápido, pensar despacio. Ed. Debate 2012.
Título original: Thinking, Fast and Slow