Este post quiero dedicarlo a uno de mis
maestros: Stephen Covey, autor de “Los
siete hábitos de la gente altamente efectiva”(Ed. Paidos 1997) y “El Octavo
hábito”(Ed. Paidos 2005) entre otras
obras de reconocido valor universal.
Cuando el Dr. Covey publica
El octavo hábito, escribe:
“La gente se enfrenta a la expectativa
nueva y cada vez más intensa de producir
más a cambio de menos en un mundo extraordinariamente complejo, pero
simplemente no se les permite hacer uso de una parte importante de su talento y su inteligencia”(Pág. 16. Ed. Paidos
2005), argumentando con datos que las personas necesitan salir de éste “dolor”,
“pues poseen mucho más talento,
inteligencia, capacidad y creatividad de lo que les exige o incluso les permite
su trabajo actual”. Analizando los datos del cuestionarioxQ de Franklin Covey publicados en esa fecha, a raíz de un estudio
elaborado por Harris Interactive, encuestando a más de 23.000 trabajadores en
áreas funcionales muy diversas, e industrias clave tanto públicas como
privadas, continúa el autor exponiéndonos
resultados sorprendentes (Pág. 17):
·
Sólo el 15% creía que su organización les
permitía cuidarse plenamente de objetivos esenciales.
·
Sólo el 15% tenía la sensación de trabajar en un
entorno de confianza.
·
Sólo el 17% creía que su organización fomentaba
la comunicación abierta con discrepancias generadoras de nuevas y mejores
ideas.
·
Sólo el 10% creía que su organización atribuía a
las personas la responsabilidad de los resultados.
·
Sólo el 20% confiaba plenamente en la
organización para la que trabajaban.
·
Sólo el 13% mantenía unas relaciones de profunda
confianza y cooperación con otros grupos y comportamientos.
A continuación, Stephen
Covey nos hace una analogía y nos pone el ejemplo de cómo se comportaría
un equipo de fútbol que obtuviera las mismas puntuaciones:
- Sólo 4 de los 11 jugadores del campo sabrían cuál es su meta.
- Sólo a 2 de los 11 les importaría.
- Sólo 2 de los 11 sabrían en qué posición deben jugar y qué es lo que debe hacer.
- Y salvo 2 jugadores, todos estarían compitiendo contra su propio equipo en lugar de enfrentarse al equipo contrario.
Si tuviésemos que replicar ésta investigación
en la actualidad, es posible que las diferencias no fuesen
significativas, aunque haya transcurrido una década. En mi experiencia
organizacional he presenciado el
comportamiento de “patrones grupales” en contraposición a los “patrones de
equipo” y el énfasis esencial en función de quién dirige, lidera o
gestiona las relaciones de grupo es la clave a la hora de generar valor para la
organización.
Hablando de estilos, requisitos y
tipología de liderazgo, sigue vigente hoy las diferencias que existen entre
directivos y líderes, con el fin de localizar las cualidades que cualquier
empresa u organización necesitaría desarrollar en sus colaboradores para
alcanzar el éxito.
Considero que el directivo es un profesional solvente y su función es resolver los
problemas de la manera más eficiente, mediante la adopción de las decisiones
más adecuadas, optimizando todos los recursos disponibles, económicos,
personas, gestión del tiempo, etc.
Mientras tanto, el líder,
es aquella persona carismática y brillante que no sólo comparte sus ideas
con los demás, sino que les hace partícipes de sus logros y aspiraciones.
¿Qué necesita una empresa?. ¿Líderes que guíen a las personas hacia la
consecución de objetivos, o directivos
que resuelvan problemas empresariales que surgen en el itinerario de conseguir
esos objetivos?.
Aunque las respuestas son diversas y muy
debatidas, la mayoría han optado por desarrollar directivos dentro de la
organización, aunque para lograr el
éxito en el entorno empresarial actual se necesitan cualidades de líderes natos
capaces de motivar e integrar las necesidades de la organización. Desde éste
patrón, liderar es una parte de la tarea directiva complementaria de otras
tareas que también debe realizar un directivo.
Por tanto el objetivo a conseguir por la empresa sería inculcar a esos
directivos algunos rasgos de los líderes más eficaces: Inteligencia social,
visión, integridad, trabajar en equipo, capacidad de aprendizaje, sentido del
humor, creatividad, flexibilidad, orientación al cambio.
JEFE
AUTORITARIO
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LIDER
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La autoridad es un privilegio de los
departamentos directivos
|
Es líder por su buena voluntad
|
Inspira miedo
|
Inspira
confianza
|
Sabe cómo hacer las cosas
|
Enseña cómo hacer las cosas
|
Indica a su personal hacia dónde tiene que ir
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Se une a
sus personas para trabajar y llegar a una meta común.
|
Mueve a sus trabajadores como fichas.
|
No trata a las personas como cosas
|
Llega a tiempo
|
Llega
antes
|
Asigna las tareas
|
Da ejemplo.
|
El líder como motor y conductor de un
equipo, como integrador del equipo, como conductor estratégico y como gran
motivador. Cuando se constituye un grupo, algunas personas asumen papeles más
proactivos que otros. El líder es la persona que focaliza la atención y es
punto de referencia sobre valores y conductas.
No todas las agrupaciones pueden definirse
como equipos, un grupo de personas que trabajan juntas en una organización,
empresa o departamento, no necesariamente pueden definirse equipos como tales.
GRUPOS
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EQUIPOS
|
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LOGROS
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Asignados y juzgados individualmente.
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Logro y resultados son juzgados colectivamente.
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COMUNICACION
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Suele ser
unidireccional y secuencial.
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Continuada.
Integrada. Integradora
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TOMA DE
DECISIONES
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No es esencial la participación
grupal en la toma de decisiones.
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Es importante que los miembros conozcan los mecanismos en la toma de
decisiones y su participación en ellas.
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APRENDIZAJE Y
DISTRIBUCION DEL TRABAJO
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Los
integrantes son expertos en una materia concreta, pero no necesariamente
conocen el contexto. Se individualiza la responsabilidad y el cumplimiento
individual.
|
Todos los
miembros desarrollan experiencias de aprendizaje y sienten las experiencias
contextuales y situacionales. Es muy importante además del cumplimiento el
compromiso del equipo en el resultado global.
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LIDERAZGO
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El líder lo es por competencias funcionales, delegación de autoridad
por departamentos directivos.
|
El líder es competente funcionalmente, orientado a integrar,
comunicar, resolver conflictos e integrar y representar al equipo.
|
Es posible que una de las ventajas competitivas en el comportamiento de negocio actual sea la elección de líderes capaces de marcar esas diferencias. Estos datos nos dan que pensar, y coinciden con mi propia experiencia con personas de organizaciones diversas. A pesar de los avances tecnológicos y las innovaciones de productos es necesario aprovechar a fondo la pasión, la inteligencia y el talento personal.
¿Podemos
imaginar el coste, desde el punto de vista personal y de la organización de no
aprovechar todos éstos valores.?
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